Cuidar el planeta es tarea de todos, y para hacerlo te invitamos a conocer las maneras en las que se produce y se maneja la economía.
El cambio climático impone desafíos que afectan directamente a la economía global, lo que exige una transformación hacia un modelo más sostenible. Para avanzar hacia un desarrollo responsable, es necesario dejar atrás el enfoque de la economía lineal y adoptar prácticas que promuevan la economía circular.
Dado que los recursos naturales son finitos, se vuelve indispensable que ciudadanos, gobiernos y empresas trabajen en conjunto para gestionar esos recursos de manera más consciente y eficiente. En este sentido, la economía circular se presenta como una alternativa innovadora al sistema lineal tradicional, buscando maximizar el uso de materiales y reducir el impacto ambiental.
¿Qué es la economía lineal?
Esta manera de hacer las cosas ha estado presente desde el inicio de la revolución industrial y se enmarca en lo desechable que son los productos, funcionando como detallamos a continuación.
En primera instancia se extraen las materias primas, lo cual muchas veces genera un impacto negativo en los ecosistemas si no se realiza de forma adecuada.
La segunda etapa es la de producción, principalmente en fábricas de manufactura masiva, las que en algunos casos generan gases que pueden ser dañinos, tanto para el medio ambiente como para las personas que trabajan en el lugar.
La última etapa es el consumo y descarte, finalmente el producto llega al usuario, lo que se puede ver representado en ropa, comida, o artículos varios. Son objetos que están diseñados para el consumo rápido y deshacerse de ellos, sin tener en consideración su huella ambiental y consecuencias.
Este tipo de economía ha generado un gran impacto en el mundo por la cantidad de basura que produce, la manera en la que deforesta bosques, se ocupa agua, etc. Según el Parlamento Europeo, el impacto de la industria textil ha sido enorme, ya que utiliza miles de litros de agua dulce para su producción.
En respuesta a este tipo de producción, surge como una alternativa más amigable para el medioambiente, la economía circular.
Economía circular: una alternativa sustentable
La economía circular se presenta como una alternativa a la economía lineal, integrando la sostenibilidad en todas las etapas del diseño, producción y consumo. Este modelo promueve la utilización de fuentes de energía renovables, materiales no contaminantes y productos con una vida útil prolongada, que sean reparables y reciclables.
Quizás la mejor manera de explicar cómo funciona este tipo de economía y producción sería usando las tres R: recicla, reduce y reutiliza.
Reduce: la primera etapa consiste en tener más conciencia por parte de las empresas y los consumidores al evitar procesos como trabajar utilizando materiales dañinos o que puedan contaminar y, por parte de los usuarios, no usando productos con poca vida útil o que no se pueden reciclar. Junto a eso usar menos agua, gas o luz.
Reutiliza: a la mayoría de los objetos, se les puede dar una segunda vida o prolongar su utilidad, generando menos reducidos. Por parte de las empresas, pueden fomentar el uso de este tipo de objetos, como por ejemplo bolsas de tela, cubiertos de madera, bombillas de cartón, etc.
Reciclar: este punto es fundamental, ya que mediante acciones simples se pueden modificar la vida útil de un objetivo, como por ejemplo separando la basura y clasificándola por su material de origen, y posteriormente siendo aprovechados sus materiales.
Este tipo de producción no solo busca generar beneficios en lo medioambiental, según la CEPAL “para 2030 se obtendrían beneficios económicamente relevantes, como incrementos en el PIB” si se sigue el camino de la economía circular.
En contraste, mientras la economía lineal prioriza la rentabilidad sin considerar el ciclo de vida de los productos, la economía circular se enfoca en la sostenibilidad, buscando reducir el impacto ambiental y maximizar el aprovechamiento de los recursos.
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